lunes, 14 de marzo de 2011

¿La policía está para proteger a los que gobiernan y no a los ciudadanos?

Uno de los grandes pendientes que no han podido o no han querido resolver las administraciones municipales  de Puebla, del PAN y del PRI, es el de la seguridad pública. La violencia en la capital cada vez se incrementa más, gracias a la impunidad en la que operan las bandas delincuenciales y la incapacidad o complicidad de las autoridades.
Cada administración gasta sumas millonarias en nuevas patrullas y otros implementos para los cuerpos policiacos; se creó el famoso CERI (Centro de Respuesta Inmediata), con cámaras por las principales arterias de la ciudad disque para brindar más seguridad; recientemente la ex presidenta municipal Blanca Alcalá inauguró la academia de la policía con la promesa de profesionalizarla. Sin embargo, pese a los millonarios presupuestos destinados a este rubro, todo sigue igual, o peor.
Los números de emergencia 060 y 066 no sirven para nada, porque nunca se recibe respuesta a los llamados de auxilio.
La nueva administración de Eduardo Rivera, va a cumplir un mes en funciones y al menos en seguridad pública están pasmados, no existe algún plan de seguridad pública, o al menos no lo han dado a conocer y dejan una sensación de que los ciudadanos estamos solos.
En esta edición, damos a conocer un hecho que es cotidiano, la agresión a dos jóvenes en la zona de los Sapos, propinada por pandilleros donde nunca llegó la policía. Hace no mucho, en ese mismo lugar fueron asesinados dos jóvenes y del mismo modo nunca llegó la fuerza pública.
Los únicos operativos policiacos que recién supimos fue en la 46 poniente disque para detener a ladrones de piezas automotrices operativo que resultó un fiasco y en la “recuperación” del predio de Valle Fantástico”.
Un amigo comentó hace poco que si la ciudadanía espera que la policía le brinde auxilio, la debe esperar en una banca para que no se canse. “La fuerza pública no está para brindar protección a los ciudadanos, está para proteger a los que gobiernan y a los dueños del dinero”. 
De hecho la policía es utilizada para agarrar borrachitos y para reprimir  movimientos sociales, pocas veces o casi nunca para brindar seguridad pública.
En el caso de los Sapos, no es nuevo que pandilleros y asaltantes agredan a los ciudadanos impunemente. Esa zona se ha convertido en tierra de nadie, o más bien en tierra de la delincuencia. Blanca Alcalá permitió la apertura de docenas de bares en casonas viejas de la 4 sur, 3, 5, 7 y 9 oriente de la misma zona, frente, o a un costado de escuelas e iglesias, algo impedido por la ley. Únicamente para hacer negocio.
¿Eduardo Rivera tendrá la voluntad de brindar seguridad pública a los ciudadanos, o seguirá actuando igual que sus antecesores? ¿Cerrará la cantidad escandalosa de “antros” de la zona de los Sapos o simplemente seguirá estirando la mano para recaudar los miles de pesos que a diario dejan los giros negros y los grupos delictivos?  Esperemos y diremos.

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