La 10 poniente -oriente desde la 11 norte hasta el Bulevar 5 de Mayo nuevamente se ha convertido en un caos ocasionado por las miles de unidades que a diario transitan por esa ruta y de la que prácticamente se han adueñado ante la complacencia y complicidad, tanto de las autoridades viales del municipio como de la SCT.En la pasada administración, durante la gestión de Valentín Meneses Rojas, al frente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, implementó una serie de mecanismos para, según dijeron, agilizar el tránsito en esa parte del centro de la ciudad. Una de estas medidas consistió en que cada ruta tendría paradas y subidas de pasaje cada dos calles. Es decir, la ruta que levantara pasaje en la 10 Poniente y 9 Norte lo haría nuevamente hasta la 5 Norte y así sucesivamente. En las calles que no les toca levantar pasaje tendrían que pasarse al carril izquierdo.
Para las unidades particulares se destinó toda la 8 Poniente-Oriente, igualmente de la 11 Norte al Bulevar 5 de Mayo. Se prohibió que se estacionaran carros en esas dos avenidas, disposición que nadie respeta, por corrupción o por desinterés de las autoridades.
A dos meses del arribo de las nuevas autoridades a la SCT, esas calles se han convertido en un verdadero caos donde cada quien hace lo que se le pega la gana, incrementando peligrosamente la contaminación ambiental, por ruido y gases.
Hasta este día, desde el primero de febrero, no existe autoridad que meta al orden a las unidades de transporte.
Lo peor sucede en el crucero de la 10 Poniente y 5 de Mayo, donde los chafiretes del transporte público se estacionan por muchos minutos sin que nadie les diga nada.
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