Ahora como le tendremos que llamar al violador, al pederasta, al ladrón, al corrupto o al incompetente para que no se ofendan y no nos acusen de difamación.
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| ¿Ya estuvo? |
Con una rapidez que preocupa, la LVIII Legislatura local, aprobó la despenalización de la difamación y calumnia, para colocarlos en el ámbito Civil, por lo que ahora los comunicadores que según el criterio de un juez “calumnien”, ya no serán castigados con cárcel sino que les será quitado su patrimonio, por la cantidad estratosférica que los diputados de todos los partidos, con excepción del diputado del PT Zeferino Martínez, aplicaron con la mayor saña que pudieron, 3000 días de salario mínimo, algo así como 185 mil pesos.
A pesar que el diputado por Convergencia José Juan Espinosa pidió que se desechara del orden del día la discusión y aprobación de dicha modificación, el resto de los diputados, con excepción nuevamente del PT, como una sola persona se opusieron, obviamente ya habían recibido la orden de aprobarla a como diera lugar.
El diputado Convergente José Juan pedía que se diera más tiempo para la discusión, en la que participaran todos los sectores de la sociedad. Preguntaba que cual era la prisa, y sobre todo exigía que se consideraran los montos de las multas que son excesivas.
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| ¿Mejor el chateo..? |
Lo extraño es que a pesar de que también Enrique Doger se oponía a la aprobación al vapor, sin someterla a consulta, a la hora de la votación, ambos votaron a favor de la nueva ley que amordaza a los comunicadores.
Pero lo más sorprendente fue ver la sumisión de los diputados Jesús Morales Flores y Víctor Hugo Islas defender la iniciativa panista como si fuera suya. Se esperaba que al menos en esto, manifestaran su oposición. Ambos se congratularon que los comunicadores ya no pisarán la cárcel, únicamente se les privará de sus propiedades, porque con tan altísima multa de 185 mil pesos, los afectados tendrán que vender hasta al perico.
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| Poniéndose de acuerdo... |
Pues de donde les saldrá tanto odio contra los medios de comunicación.
Por cierto que los diputados del PRI Víctor Hugo Islas Hernández y el Panalista Héctor Alonso Granados, tuvieron roces a larga distancia con el periodista Arturo Rueda del periódico Cambio que se encontraba en las graderías. Ambos se dirigieron señas nada amigables. Sobre todo cuando luego de su intervención, Víctor Hugo Islas recibió de parte del comunicador un “miauuuu”.
Ahora los comunicadores estaremos en un serio predicamento, como le llamaremos al violador, al pederasta para que no se ofendan y no nos demanden por daño moral, o al ladrón, o al corrupto, o al incompetente…
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| Todo planchado... |
No cabe duda que en este país damos un paso adelante y 50 pasos para atrás.
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