lunes, 24 de febrero de 2014

SABERSINFIN

La pedagogía financiera del narco

“Es tal la necesidad de cambiar las cosas,
que  debemos aprender  hasta de lo que inmediatamente
nuestra moral descalifica”.
Abel Pérez Rojas
Amén de los prejuicios que nos  hacen ver todo negro o blanco,  en  México y Latinoamérica, es sumamente difícil realizar pausas para reflexionar sobre los saberes que podemos obtener quienes vivimos en estas latitudes tétricas: dominadas por el crimen organizado, particularmente el narcotráfico, y pintadas de rojo por la gran cantidad de muertos.
Pero ahora es un buen momento, ante la reciente detención de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera (Sinaloa, 1957), alias El Chapo Guzmán. El narcotraficante más famoso, rico y poderoso de las últimas décadas, es una clara muestra de lo que pasa frente a nosotros sin verlo:
¿Valdrá la pena que -seguramente como lo harán expertos en criminología- estudiosos en educación y economía, analicen y extraigan saberes del contexto, del modus operandi, de las estrategias de formación y del establecimiento de redes, del desarrollo de las habilidades cognitivas, discursivas de liderazgo, en particular en el ámbito financiero, del Chapo Guzmán?
No me malinterprete, por favor, hay elementos en la vida y entorno del Chapo – y de otros líderes del narco-, por lo cual él y su contexto, dan pauta para ser analizados a través de herramientas metodológicas cualitativas, y por supuesto las conclusiones  podrían ser  trasladadas a otras áreas del saber con aplicaciones prácticas.
Por ejemplo,  el exdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional  (Cisen), Guillermo Valdés, calificó al Chapo como “genio de los negocios”. Tal calificativo fue ganado a pulso, cuando se toma en cuenta que El Chapo  logró construir un cártel equiparable a las mejores transnacionales del mundo, por su eficiencia, expansión, penetración y diversificación, siendo una persona que cursó estudios hasta sexto año de primaria.
¿Qué competencias y estrategias cognitivas usó una persona de extracción humilde y rural del norte de México para  ser el líder de una “transnacional” tan eficiente y lucrativa?
Verónica Calderón, en su artículo El capo que ejercía de empresario, escribe lo siguiente que da cierta luz a la interrogante anterior:
“El periodista Malcolm Beith, autor de The Last Narco: Inside the hunt for El Chapo (El último narco, en el interior de la cacería por El Chapo), afirma que la principal diferencia entre El Chapo y su principal socio, Ismael El Mayo Zambada, con el colombiano Pablo Escobar, el poderoso líder del cártel de Medellín, es que los mexicanos “no quieren tomar el poder político, y manejan su negocio con la frialdad de  un hombre de negocios”.
Uno de los elementos de éxito de los hombres de negocios es rodearse de grupos de asesores en las diversas áreas del conocimiento, tener la disposición de escuchar, y saber cuándo seguir al pie de la letra las recomendaciones y cuándo seguir únicamente su intuición.
Seguramente El Chapo podría darnos cátedra al respecto y también a cómo acceder a think tanks o tanques del pensamiento.
Por otra parte, sería interesante conocer un ejercicio de documentación y sistematización de la visión estratégica de El Chapo y su equipo; visión que ha permitido mantener una complejísima operatividad de su cártel, sólo  equiparable -según Guillermo Valdés- a la de Amazon y UPS.
Si a través de estudios serios pudiéramos separar las estrategias criminales de las aportaciones prácticas en el rubro económico de los cárteles mexicanos, tal vez obtendríamos nuevos elementos para dotar de herramientas conceptuales y administrativas a nuestras empresas, elevando con ello su competitividad y propiciando su carácter internacional.
Vale la pena tomar como objetos de estudio estos campos blindados por el terror y, frecuentemente, también por los prejuicios ¿no le parece?
Abel Pérez Rojas (abelpr5@gmail.com / @abelpr5 / facebook.com/PerezRojasAbel) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com

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