- Es una hazaña, dado que esta especie sólo se reproduce en clima cálido; pronto serán exhibidas nueve crías en el serpentario.
Gracias a las acciones de un programa integral que aplica el personal del Zoológico del Altiplano, por primera vez se logró la reproducción en cautiverio y en una zona fría de una boa constrictora, que parió nueve crías que se encuentran en buen estado de salud y que pronto serán exhibidas en el serpentario de ese lugar.Esta reproducción es una hazaña, aseguró Alma Lucía Arzaluz Alonso, Coordinadora General de Ecología (CGE), quien precisó que esta especie de reptiles habita en lugares tropicales de Centroamérica y en estados del norte del país, como Sinaloa, por lo que resultaba difícil que se reprodujera en un clima de frío a templado, como el de Tlaxcala.
Pese a estas condiciones, y después de tres meses de gestación, la serpiente parió, a inicios de este mes, nueve crías que de inmediato recibieron atención médica de veterinarios y biólogos de la Clínica de Salud de este Centro de Conservación de Especies, resaltó la funcionaria.
Desde su nacimiento, la camada de víboras fue separada de la hembra progenitora y se encuentran en una incubadora artificial, ya que requieren de un clima cálido para sobrevivir; en un lapso de un mes, al mudar su primera piel, serán separadas en contenedores individuales para evitar el canibalismo.
Arzaluz Alonso indicó que la reproducción de esta especie en cautiverio se debió a factores como: cuidados especiales, alimentación, humedad y temperatura adecuados.
Explicó que este tipo de reptiles no es venenoso ni agresivo, pero sí es una especie amenazada porque es capturada para su comercialización y, en algunos casos, es vendida como mascota. Sin embargo, debido a que al llegar a la edad adulta adquiere un gran tamaño y fuerza, resulta de manejo difícil para sus poseedores.
La longitud máxima de este tipo de animales es de 1.80 a cuatro metros con un peso de 250 kilos, y su promedio de vida en cautiverio es entre 20 y 30 años, aunque se han dado casos de boas que han llegado a vivir cerca de los 40 años; su alimentación se basa principalmente en roedores.
Pese a estas condiciones, y después de tres meses de gestación, la serpiente parió, a inicios de este mes, nueve crías que de inmediato recibieron atención médica de veterinarios y biólogos de la Clínica de Salud de este Centro de Conservación de Especies, resaltó la funcionaria.
Desde su nacimiento, la camada de víboras fue separada de la hembra progenitora y se encuentran en una incubadora artificial, ya que requieren de un clima cálido para sobrevivir; en un lapso de un mes, al mudar su primera piel, serán separadas en contenedores individuales para evitar el canibalismo.
Arzaluz Alonso indicó que la reproducción de esta especie en cautiverio se debió a factores como: cuidados especiales, alimentación, humedad y temperatura adecuados.
Explicó que este tipo de reptiles no es venenoso ni agresivo, pero sí es una especie amenazada porque es capturada para su comercialización y, en algunos casos, es vendida como mascota. Sin embargo, debido a que al llegar a la edad adulta adquiere un gran tamaño y fuerza, resulta de manejo difícil para sus poseedores.
La longitud máxima de este tipo de animales es de 1.80 a cuatro metros con un peso de 250 kilos, y su promedio de vida en cautiverio es entre 20 y 30 años, aunque se han dado casos de boas que han llegado a vivir cerca de los 40 años; su alimentación se basa principalmente en roedores.
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