Monterrey, Nuevo León 8 de junio de 2011 (Cencos).- Luego de dejar las instalaciones del Cocopo (Consejo Coordinador Obrero Popular) comenzó el trayecto rumbo a Saltillo. Certero y duro fue el testimonio de los familiares de desaparecidos forzosos de Coahuila (Fundec), la familia Pasta de Conchos, jóvenes contra su criminalización, un migrante que fue secuestrado y una periodista que habló de un gremio amenazado y presionado, controlado.
La Caravana solo haría inicialmente una parada técnica en Saltillo pero a petición de las organizaciones se hizo este acto que comenzó con el recibimiento en carretera por el Padre Raúl Vera López, defensor de derechos humanos.
Dieron testimonio de las malas condiciones de seguridad en minas y pocitos, de la reciente explosión en Sabinas, del asesinato, intimidación y presión a periodistas en el estado (lo cual inhibe que la información se difunda), y de la desaparición forzosa. Fundec comenzó en 2008 luchando por la presentación con vida de 20 personas; ahora continúan pero sus gritos se elevan por 180 víctimas de este delito de lesa humanidad, aún sin tener respuesta.
Un joven habló de la falta de oportunidades que se confinan con la presión del crimen organizado y expresó que "una sociedad que está matando a sus jóvenes es una sociedad podrida"; también, y por primera vez, en lo que va de la Caravana un migrante centroamericano tuvo espacio y agradeció el paso de la Caravana lueo de que sobreviviera a un secuestro y se refugiara en el albergue Casa Belem Posada del Migrante.
Raúl Vera agradeció la solidaridad de la Caravana y el movimiento encabezado por Javier Sicilia pero se mostró preocupado de que el clima de violencia no da tregua: unas horas antes habían asesinado a 11 jóvenes en un centro de readaptación en Torreón, por donde cruzó este movimiento a eso de las dos de la tarde.
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