domingo, 28 de abril de 2013

BUAP :  LECCIONES DE LA HISTORIA

F.  Humberto Sotelo M.

El 8 de agosto de 1968 el doctor y general Rafael Moreno Valle presenta su renuncia como titular de la Secretaría de Salubridad y Asistencia Pública (SSA) en el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, con el objeto de postularse como candidato del PRI a la gubernatura del estado de Puebla.

    Unos días antes, Alfonso Martínez Domínguez, presidente del CEN del PRI, hizo acto de presencia en la entidad con el fin de “auscultar” la opinión de las bases de su partido. Las elecciones se realizarían en noviembre de 1968.

   Entre los otros aspirantes a la gubernatura se encontraban Gonzalo Bautista O’ Farril, quien gozaba de un gran ascendiente en Puebla;  sin lugar a dudas, era el que tenía más respaldo, no sólo al interior del tricolor, sino también entre los principales sectores de la burguesía poblana. De 1953 a 1954 fue rector de la Universidad de Puebla, brillando de manera notable en su gestión.

   Parafraseando las célebres palabras que Vicente Lombardo Toledano aplicó a Miguel Alemán, O’ Farril era el “cachorro” favorito del cacicazgo avilacamachista, dado que  provenía de una familia muy vinculada al fundador de este enclave, Maximino Ávila Camacho.

  Pese a la popularidad del ex rector de la Universidad de Puebla, Moreno Valle fue impuesto como “candidato de unidad”, hecho que generó un gran malestar entre los sectores que se inclinaban por la candidatura del primero. Aunque éstos se disciplinaron, lo cierto es que la imposición del ex secretario de salud generó todo un cúmulo de rencores, no sólo al seno del PRI, sino principalmente entre la burguesía poblana. Aunque Moreno Valle intentó ganarse la buena voluntad de ésta, retomando algunas de las iniciativas modernizadoras del ingeniero Aarón Merino Fernández, su gestión se caracterizó por un periodo de notable inestabilidad política, debido  en no poca medida a su desconocimiento de la situación que imperaba en el estado, confiándole buena parte de la dirección del gobierno a su secretario particular, Manuel Olguín de la Llave.

    En la Universidad  Autónoma de Puebla se encontraba  uno de de los principales sectores que respaldaban a Bautista O’ Farril; nos referimos al Grupo 64, llamado así porque había tenía una participación muy relevante en el movimiento social –el llamado “movimiento de los lecheros”—que tuvo lugar en ese año. Estaba constituido, entre otros, por personalidades como Martín Carbajal Caro, Nicandro Juárez, Federico López Huerta, Amado Camarillo, Juan José Barrientos y Marco Antonio Rojas Sánchez. Este núcleo, al ver que sus sueños se frustran (esto es, su sueño de impulsar a Bautista O’ Farril a la gubernatura), decide establecer alianzas con las principales fuerzas de izquierda de la  institución  decidiendo, de consuno, darle otro gran impulso al Movimiento de Reforma Universitaria que se había iniciado en 1961.

    Tal alianza resultó sumamente eficaz. En febrero de 1971 logra promover algunas iniciativas exitosas, entre ellas, la desaparición de la  Junta Administrativa, desplazando a los funcionarios y autoridades que oponían resistencia al citado movimiento. Logra, asimismo, sacar adelante algunos de los problemas más difíciles que enfrentaba la universidad en esa época, como los que surgieron a consecuencia del crecimiento de la matrícula en varias escuelas, principalmente en la preparatoria Benito Juárez, y en la Escuela de Medicina.

   El citado Olguín de la Llave, con el afán de sofocar al movimiento, decide corromper y cooptar a algunos de los líderes universitarios, fomentando el vandalismo y el porrismo, principalmente a través del grupo de Raúl Méndez, mejor conocido como “La Salerosa”.

  En contrapunto, los sectores más recalcitrantes de la derecha poblana desatan una andanada contra la UAP, a través de organizaciones como el Comité Coordinador de la Ciudadanía Poblana, de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material, y otras instancias, propiciando que las fuerzas progresistas de la  universidad establezcan alianzas con todo un cúmulo de sectores sociales, entre ellos, campesinos, colonos, ambulantes, y otros núcleos marginados, logrando al poco tiempo constituir un sólido bloque que provoca, poco tiempo después, la caída del gobernador Moreno Valle.

    ¿A qué viene tal remembranza? Viene a propósito de lo que está sucediendo en la actual coyuntura electoral. Diversos actores políticos –tanto al interior como al exterior de la BUAP—están  involucrando, directa o indirectamente, a nuestra casa de estudios en los avatares de la contienda política, situación que puede traer consigo todo un cúmulo de riesgos para la estabilidad y autonomía de la institución.

                      Si algo pone de relieve la experiencia de los años setenta a que hicimos referencia es que meter las manos en la vida interna de la universidad resulta muy peligroso. Esperamos, en ese sentido, que los diversos actores políticos tengan mucha cuidado a la hora de pretender utilizar a la BUAP en provecho de sus intereses.

 

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