Así recibió a la caravana este cuarto día de caminar, en una ceremonia que trajo calma y más esperanza al movimiento, las organizaciones indígenas brindaron su solidaridad. “Aquí estamos, queremos ser piedras vivas para construir la paz basada en la justicia” fue el mensaje que los pueblos Zapotecas le regalaron a la caravana que avanza por el sur.
La entrada fue serena, a la cabeza las víctimas siempre con las banderas, la blanca y la nacional, seguidos de los caravaneros que asomaron la mirada en la explanada central del monte sagrado donde fueron guiados por los ritmos autóctonos y rodearon en espiral hasta llegar al altar ceremonial y colocarse en rededor.
Un bastón de mando le fue entregado a Javier Sicilia, nombrado como “hermano mayor” y como “gobernante que es la madre y padre el pueblo”, encomendándolo a llevar la voz de los pueblos en el camino de la paz.
Todas y todos en círculo, tomados de las manos, pisando tierra sagrada escuchamos de las luchas políticas que han emprendido los pueblos indígenas de esta región contra el avance del neoliberalismo, los megaproyectos eólicos, las desapariciones de los líderes campesinos, los agravios históricos y contra la violencia: “en eso nos parecemos al Movimiento, ambos buscamos la paz y un mundo digno para vivir. Yo soy tú, tú eres yo” se dijo repetidas veces y se interiorizó.
Antes de partir, miramos a las cuatro direcciones para fortalecernos, para reflexionarnos. Ambos círculos, víctimas y caravaneros, giramos a la izquierda para deshacernos del miedo, el coraje, la tristeza; y a la derecha para recoger el consuelo, la ternura y comprensión.
Ya entonces, caravaneras y caravaneros iniciaban esta jornada en una “Oaxaca que esta de fiesta”, como dijeron los y las zapotecas, para continuar con jornadas de reflexión sobre las formas de violencia y acudir al penal de Ixcotel en visita a los presos políticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario